La mañana empezaba genial. Me levanté como cada Domingo que hay partido, tempranito para pegarme una ducha y salir pronto para el estadio.
Cuando llegué al Estadio a las 10h ya estaban mis amigos Marbelleros por ahí con las mismas ganas que yo de que empiece el partido. No había desayunado así que me fui a tomarme unos churritos con un café mientras hacia tiempo para recibir al equipo.
El recibimiento fue espectacular. Más de 500 personas recibió al equipo llevando a los jugadores en volandas hacia el vestuario.
A las 11h entré dentro del estadio para coger mi asiento habitual y ver con tranquilidad el calentamiento de Wilfred y luego el del resto del equipo. Sobre las 11 y media me empecé a encontrar mal. Pensaba que era por los nervios del partido o una pequeña bajada de azúcar queriéndolo arreglar con un botellín de cola y echarme agua en el baño. Sin embargo no había transcurrido el minuto 10 de encuentro cuando decidí abandonar el estadio ya que se me estaba durmiendo la parte izquierda del cuerpo y notaba un hormigueo en mi cabeza.
Con el susto que da el desconocimiento de algo, en este caso de la medicina, decidí coger el coche y llegar como pudiese al Costa Del Sol. Aparqué el coche donde pude y llegué a Urgencias con un fuerte dolor de cabeza, pecho y sin fuerza en brazo y pierna izquierda.
Cuando llegué de esa guisa directamente me metieron para dentro donde un grupo de médicos me atendieron de forma rápida y efectiva haciéndome posteriormente todas las pruebas correspondientes.
Después de un día largo donde la verdad que se me pasaron muchas cosas por la cabeza me dieron el alta ya que parece que fue un pequeñito ictus o como se diga con un grave estado de ansiedad.
A las 19h me dieron el alta. Toca llevar medicación y tomarme la vida de otra manera. Los que no me conocen le echan la culpa al fútbol, que veo demasiado y que estoy todo el día analizando partidos de cualquier liga, el que me conoce sabe que el fútbol no es el problema, que simplemente es mi escudo y el que me da la vida ante unos difíciles momentos en paro, con dos hijos uno de ellos viviendo a 200 kilómetros de mi y con problemas nuevos cada día que los solvento como hay que solventarlo, con dos cojones.
Es fácil decir que hay que tomarse la vida de otra forma, pero para un buscavidas como yo y la mayoría de mi gente solo hay una forma de salir adelante y es en la lucha del día a día.
Ayer mi Marbella ha caído, pero no puedo estar más orgulloso de ellos. Jugadores luchadores que lo dan todo en cada partido y que la vida pues le golpea más que a otros jodiéndoles un ascenso que sin duda se merecían.
Soy consciente que muchos de vosotros no seguiréis. Creo que sois demasiado grandes para este humilde club. Solo quiero agradeceros todo lo que habéis hecho por esta camiseta y que siempre os llevaré en mi corazón.
Si alguno decide quedarse, ahí estaré para lo que necesiten porque gracias a vosotros Marbella ha despertado. La Marbella del barrio, la de la gente humilde la que espera toda la semana para disfrutar de un Domingo con su gente viendo a su equipo. Esto es lo más grande que habéis conseguido esta temporada y de lo que tenéis que sentiros orgullosos.
Tengo la puñetera espinita clavada de no haber podido ver el último partido del año y no poder despediros como os merecéis. Así que lo hago ahora con un simple y llanamente GRACIAS POR TODO.
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