martes, 23 de octubre de 2018

LOS SINSABORES DE LA DERROTA

En el deporte rey la única cosa que no se puede debatir es que gana el equipo que más goles mete siendo el gol el instrumento más importante de este precioso juego. Cuando un equipo cae derrotado es cuando llegan los debates más complejos ya que cada uno tiene una percepción de partido y puede ser más difícil de analizar, en cambio cuando un equipo gana no suele haber debate, que no quiere decir análisis, tres puntos y a pensar en la jornada siguiente.



Cuando un equipo cae derrotado intento por todos los medios analizar los errores lo más fríamente posible, nunca en caliente. Toda derrota tiene lecturas negativas pero también muchas lecturas positivas a las cuales debo agarrarme para seguir con fuerza para el siempre complicado camino de la victoria.

Existen derrotas y derrotas. Muchos entrenadores suelen analizar las derrotas dividiendo los aspectos ofensivos y defensivos. Por ejemplo, cuando miras lo que ha hecho tu equipo en ataque lo primero que debes mirar es si el equipo ha generado ocasiones de gol independientemente del resultado. Si un equipo ha tenido un caudal abundante de ocasiones de gol aunque no haya marcado en el encuentro debes estar más tranquilo que si el equipo no genera absolutamente nada y marca un gol en una jugada aislada. Quiere decir que el trabajo ofensivo se está haciendo bien dependiendo de la efectividad del tiro a puerta, que es "entrenable" con ejercicios de finalización pero donde influye también las dinámicas de equipos. Lo que se suele decir vulgarmente "hay días que la pelotita no quiere entrar" o "hoy nos ha entrado todo".

Cuando se produce una derrota los aspectos defensivos son muy importantes, ya que los goles suelen producirse por errores y hay que intentar minimizarlos para otros encuentros. En los tiempos que corren creo que es muy importante el estudio del rival. Existen muchas herramientas para observar a un rival y ver sus virtudes y defectos. Eso que se solía decir de debo preocuparme de como juegue mi equipo y me da igual lo que haga el rival....o si hacemos las cosas nosotros bien me da igual lo que haga el rival creo que con todo el respeto del mundo queda ya obsoleto sonando incluso a prepotencia.

Todo sistema tiene sus virtudes y defectos. A la hora de analizar en la derrota los aspectos defensivos que han fallado hay que ver qué ha hecho el rival para ver si es un error colectivo por mala interpretación del sistema, si es un error del sistema en sí teniendo en cuenta el riesgo que se coge en la jugada o es simplemente un error individual que crea una cadena hasta que se produce el gol.

Cualquiera de este tipo de errores sí son fáciles de localizar, por tanto quiere decir que son fáciles de solucionar con una herramienta que repito tres veces, trabajo, trabajo, trabajo, siempre de forma didáctica para que lo entienda el futbolista y siempre con reforzamientos positivos.

Una derrota nunca debes analizarla en caliente ya que van aparecer variables como "actitud" e "intensidad" que en muchas ocasiones se suelen disipar como causa de la derrota.

Un entrenador tiene claro que la actitud y la intensidad es innegociable. Puede haber algún despiste puntual, o simplemente cansancio que pueda dar esa sensación, pero en el 95% de los casos hay actitud e intensidad. La actitud depende exclusivamente del futbolista, si un futbolista no tiene actitud debe ser claro y directo con el futbolista y ver si hay soluciones habiendo en esta ocasión un problema serio, pero hay que tener cuidado con la intensidad porque si no la tiene el futbolista puede ser por otros factores que no dependen de él como acumulación de partidos, mal reparto de esfuerzos en el terreno de juego o simplemente una mala planificación de preparación física.

Este artículo no es ni mucho menos un manual de como digerir una derrota, es simplemente la percepción que tengo sobre ella que es igual de lícita que la percepción que pueda tener otra persona, simplemente con este artículo quería dar mi percepción para que se pueda ver un punto de vista  real y compartirla con todos vosotros.

La conclusión está clara, para que no haya que analizar el sabor amargo de la derrota hay que hacer lo que decía un sabio que ya no está entre nosotros...Ganar, Ganar y volver a Ganar.




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