Ernesto Valverde está pasando por su peor momento desde que es entrenador del Fc Barcelona tras caer eliminado de los Cuartos de Final de la Champions de forma estrepitosa ante la Roma. El técnico español está recibiendo una lluvia de críticas negativas demostrándose una vez más que en el mundo del fútbol hay una delgada línea que separa el éxito del fracaso sin haber margen de error.
Cada vez entiendo más a los entrenadores cuando dicen que no ven más allá del próximo partido. Y es que el status del entrenador puede cambiar de una jornada a otra. Un jugador sabe que es poco probable que salga de un equipo antes de que se abra un mercado de traspasos, tiene que tener una actitud muy negativa para que le rescindan el contrato, pero un entrenador es diferente. Un entrenador pierde tres partidos seguidos y te vas a casa a ver fútbol por la televisión.
Ernesto Valverde ha pasado de ser elogiado por todos haciendo una temporada a lo que se refiere a resultados espectacular, a ser machacado por perder un partido en un mal día del equipo.
El fútbol tiene estas cosas, Valverde está batiendo todo tipo de records ganando probablemente la liga de forma holgada, sin toserle ningún rival, llegar a la final de copa de manera brillante, pero parece que en el fútbol moderno solo vale la Champions y ahí ha perdido un partido que los ha echado a la calle.
Esto no le pasa solo a Valverde, le pasó a Emery hace un par de meses cuando cayó con el Real Madrid en Champions o ahora a Guardiola que está haciendo una temporada estratosférica con el City pero que sin embargo ha tenido un par de partidos malos en Champions y ahora parece que no es nadie.
La sensación a estas alturas de temporada es que Zidane o Klopp están haciendo una mejor temporada que Emery, Guardiola o Valverde habiendo perdido más del triple de partidos en lo que va de temporada.
¿Esto por qué sucede en el fútbol de élite?
Desde mi punto de vista es por culpa del sistema de competición actual. Un sistema actual que solo prima ganar la Champions ninguneando el resto de competiciones.
Pondré un ejemplo para entenderlo mejor. Hasta la creación de la Champions League, había tres competiciones a nivel internacional europeo, como era Copa de Europa, Recopa y Copa de la UEFA. Para ir a la Copa de Europa e intentar ser campeón de Europa solo valía ser campeón del torneo doméstico. Para ir a la Recopa había que ganar la Copa nacional o en nuestro caso la Copa del Rey y para ir a la tercera competición europea pues había que quedar del segundo al cuarto en las mejores ligas.
Con el sistema este de competición todos los campeonatos tenían una vital importancia, premiando al club más regular en todos los casos, cosa que ahora no sucede.
En el sistema antiguo por ejemplo, el Real Madrid de Zidane o el Liverpool de Kloop no optaría a ganar la Copa de Europa la próxima temporada midiéndose por tanto el rendimiento del técnico de distinta manera.
Nos tenemos que dar cuenta que entre todos nos estamos cargando el fútbol moderno. No se puede valorar a un equipo solo por una competición, ya que estamos haciendo que la competición que nos tiene en vilo toda la temporada como es la Liga pueda llegar a ser hasta pesada porque los equipos importantes no se la tomarán en serio ya que parece que solo vale ganar una competición y lo demás es relleno.
Cuanto daño está haciendo la actual Champions League.
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